A algún avezado hostelero se le ocurrió la idea de tomar una preparación del mundo fast-food y reconvertirla en un plato gourmet. Estoy hablando de las gastrohamburguesas. Hoy en día el mercado esta saturado de gourmet hamburguesas y lo que fue una buena idea se ha convertido en algunos casos en toda una pesadilla, no hay carta de lugar de picoteo que no incluya una "gastro-chef-delicatessen-chachijuanpelotilla hamburguesa como no has comido en ningún lugar antes".
Pero en algún momento descubres que una de ellas despunta de las demás, que esta realmente buena, sabrosa, jugosa, con detalles cuidados que si le hacen ganarse el nombre de gastro-hamburguesa y no es ruido de fondo, en un plato tan manido como este que, ya esta dejando de ser tendencia gastronómica. El público esta saturado de tanta hamburguesa especial.
A pesar de todo esto el día que descubres una verdadera "gastro-hamburguesa", te sientes como un ojeador de un gran equipo que acaba de descubrir todo un diamante en bruto en un pequeño club de un pueblecito perdido. Disfrutas de ese momento de una manera que difícilmente se puede describir. Te han sorprendido gastronómicamente.
Es el caso de la hamburguesa de la barra del bar del restaurante el embrujo de Pamplona. Versión mejorada de la que presento Pablo Cadena, su propietario, en ediciones anteriores de la semana del pincho, y digo mejorada porque no tiene nada que ver con la original, tanto en sabor como en ejecución.
Carne de buena calidad con verduras entremezcladas, un buen queso bien fundido, cebolla confitada hasta llegar a ponerse dulce, un toque muy pequeño de mermelada de melocotón y pan crujiente. Aderezada con un poquito de aceite. Exquisita y toda una explosión de sabor. Si un día tenéis un momento y la suerte de que queden (suelen agotarse habitualmente) no dudéis en acercaros a degustarla y si además la acompañais con una cerveza tostada de grifo de la que también disponen, disfrutareis de una de las mejores mini-hamburguesas de Pamplona.
Es el caso de la hamburguesa de la barra del bar del restaurante el embrujo de Pamplona. Versión mejorada de la que presento Pablo Cadena, su propietario, en ediciones anteriores de la semana del pincho, y digo mejorada porque no tiene nada que ver con la original, tanto en sabor como en ejecución.
Carne de buena calidad con verduras entremezcladas, un buen queso bien fundido, cebolla confitada hasta llegar a ponerse dulce, un toque muy pequeño de mermelada de melocotón y pan crujiente. Aderezada con un poquito de aceite. Exquisita y toda una explosión de sabor. Si un día tenéis un momento y la suerte de que queden (suelen agotarse habitualmente) no dudéis en acercaros a degustarla y si además la acompañais con una cerveza tostada de grifo de la que también disponen, disfrutareis de una de las mejores mini-hamburguesas de Pamplona.
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