Cada cierto tiempo encuentras una de esas joyas con una calidad precio descomunal y desproporcionada pero, por bien. Con el tiempo si su popularidad sube, la oferta y demanda, junto con el distribuidor de turno, se encargan de ajustar con una conveniente subida de precio la desproporción.
Espero que con Grego 2007 que se describe como garnacha centenaria, que no tenía ninguna intención de adquirir, ninguna, el precio se mantenga. La carne es débil así que no pude resistirme a una oferta de a 4 euros la botella, 4,70 para ser fieles a la realidad, frente a sus seis y pico de precio habitual. O esta muy buena o, cinco euros a la basura. El término medio no suele darse en estas adquisiciones.
Rojo cereza oscuro, una pizca de sabor a palo, fruta rica, poca madera frente a la que te prepara la contraetiqueta, regustillo abundante y muy sabroson. Bastante compensado. Mola y mucho, altamente recomendable, con un chilindrón, unos callos con su puntito picante o una sangrecilla con menudos rezumando aromas de especias del campo. Toda una amenaza que, puede lograr engordar las lenguas de las visitas tras el descorche de unas cuantas botellas. A por una caja mañana mismo.
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