23 de mayo de 2014

CERVEZA DESIDERATA

agua + cebada + lúpulo + levadura
rubia + cereal + amargor
¡y para todos los públicos!


cerveza desiderata



Vamos con una birrita que un amigo ha estado insistentemente diciéndome que catase. Sin exageraciones puedo decir literalmente que me ha perseguido con la botella. Pero en esto de catar una cervecita uno necesita ponerse en situación, además de contar lo que te dice la cerveza, independientemente de la insistencia y plegarias del contrario de enfrente.

La cervecita es, seamos sinceros, el patito feo comparado con su hermano mayor y serio D.Vino si a los hechos nos remitimos. Corolario del axioma que dice que la cerveza es al vino algo menor, de lo cual discrepo profundamente. Para empezar un axioma es una verdad indemostrable así que mal empezamos, pero no me voy a meter en jardines de los que luego es harto complicado salir. Así que vayamos con la "cervecita" en cuestión.

La vertemos en la copa y sale una rubia de libro, filtrada, trasparente,con su espuma densa y, te la ponen tan bien en la etiqueta que recelas. Agua, malta de cebada, lúpulo y levadura eso pone oiga. ¿A ver a que huele?.

Sin remenearla mucho que esto de la cerveza eso es para la segunda parte de la prueba con la napia, huele mucho a cebada, la agitas (es momento de ponerse pijin) y sale un punto de hierba fresquita, un punto, nada de campos verdes recién cortados en plan salvapantallas del obsoleto windows xp. Ese olor que queda al final de cuando llueve en verano, o cuando mi madre regaba los tiestos. Olía a tierra, mojadita, era un olor intenso que al final se quedaba en el aire, suave, blandito, ese olorcillo suave es el que sale al agitarla y sacarle la espuma. Ala a la boca a lo burro llenándola toda, sin tonterías, toda la boca bien llena de cerveza.

Pelotazo de cereal y presencia de lúpulo con potencia. Cañero, cañero, amarga, muy amarga, pero fresca. Una cerveza contradictoria, es bonita la joia.

Sigues bebiéndola y seguimos con el cereal a saco, pero el amigo macarra, el cañero, el señor lúpulo se pone encima de la mesa a decir que para amargo el mendas, y claro ya se sabe que donde manda lúpulo, retrogusto asegurado. Así que tienes cervecita en el cogote para rato.

Ni limones, ni mango tan de moda últimamente en las cervezas, ni fiestas frutales varias que suelen desplegar nuestras amigas las levaduras. Ni juegos con caramelos en la segunda fermentación, ni....

Cebada, lúpulo y agua, poco alcohol y amargor. Muy buena birra, curiosa, fresca, original, y con una de las patas (la de los fermentos) anuladas a propósito. Mola oiga. Y mucho. Lo mejor es que es para todos los públicos que, en un primer momento dirán un "a mi me gustas más suavecitas" y, al apurarla pasaran a un ¿tienes otra?.


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