21 de diciembre de 2014

EL ARTE DE VIVIR 2013.



Un vino que cuenta todo, sin contar nada pero habiendo contado todo.





Al abrir el arte de vivir el corcho te recibe con una alegoría a la vida en su expresión más positiva. Una rista de palabras recubren el corcho amorpazfelizabrazobesocinefuerzailusionmúsicafiestasueño y, en cierta manera a este vino.

En la nariz resulta raro, hay de todo pero no predomina nada, va soltando fruta, es muy floral, especias ligeras; aquí sus 13 grados son muy expresivos y, avasallan tapando más aromas, más despliegue, así que te lo llevas a la boca con ganas. Y en la boca es donde este vino quiere expresarse y, te cuenta todo sin contar nada, como la vida misma.

Explota la fruta pero sin ser la nota predominante, te queda la sensación de percibir sus maderas pero se van, es ligeramente especiado para luego desvanecerse, los taninos te envuelven la boca y mutan de nuevo en fruta. Demuestra arrestos, fuerza. No es un vino frutal pero, tampoco difícil de beber, es una locura rica, graciosa. En cierta manera como sus elaboradores.

Puedes tacharme de que he sido impreciso, puedes desde luego tienes toda la razón, pero la sensación que me transmitió este vino fue la de contar todo y no contar nada, dejando claro que ha contado todo. Si quieres algo más simple cuento que es color cereza, con aroma expresivo a fruta y especias dulces, sabroso, frutoso y con taninos maduros, pero para eso ya están las guías del sector.

Es un buen vino que está en evolución, encontrándose, madurando, descubriendo el mundo. Que, si es así  ahora, veremos como evoluciona conforme vayan pasando los años y madurando. Un vino como la vida misma.


nota: De bodegas Neo de la D.O. Ribera del Duero. Se puede comprar aquí.



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