Guille e Iñaki, tanto monta, monta tanto en...
una nueva aventura muy prometedora en Pamplona.
Puedes ser un detractor absoluto del día de San Valentín, un romántico empedernido que suspiras por el 14 de febrero e incluso un narcisista consumado que utiliza ese día para darse unos cuantos homenajes. No voy a entrar en detalles, pero me vas a permitir que afirme que el día de San Valentín es un día estupendo para salir a comer/cenar ya que, últimamente se oferta en multitud de locales cenas y/o comidas especiales para ese día.
Así que aprovechando el menú especial preparado en el hotel Pamplona Catedral para degustarlo en su restaurante la capilla, aproveche la ocasión para conocer la nueva oferta gastronómica pergeñada y ejecutada por Guillermo Llorente e Iñaki Andrada.
No es su menú definitivo, así me lo hicieron saber y, espero volver a visitar la capilla cuando todo este dentro de lo que buscan estos dos chefs. Pero la oferta era lo suficientemente significativa para empezar a intuir lo que buscan.
Dos aperitivos, dos platos centrales y un postre, acompañado de una copa de cava para comenzar y una botella de vino blanco.
Patata brava rellena de pato y tomate con ali-oli ligero gratinado. El alioli muy suave, la patata absoluta protagonista junto el pimentón.
Ensalada fresca de chicharro marinado, gazpacho cremoso de alubias verdes y aguacate, manzana verde y huevas. El chicharro muy suave que junto con la manzana, le aporta una profundidad nueva al chicharro. La ensalada faltaba un aliño, el cremoso de alubia verde muy sabroso pero para otro plato.
Ravioli de setas y langostinos, su caldo concentrado y emulsión de lemongrass. Use la cuchara de postre para comerme este plato a cucharadas tras haber cortado el ravioli en trozos, muy sabroso. Quizás un punto más de cocción en la seta para que estuviese más melosa y el caldo más ligado lo harían un plato de los de recordar. Ya de por si estaba francamente bueno.
Merluza de anzuelo con crema de guisantes, migas crocantes, velo de tocino ibérico perfumado y yema de codorniz. Punto perfecto de la merluza con sus lascas intactas y tersas. Una fina capa de tocino blanco ibérico, punto crocante en las migas y la crema de guisantes acompañando dejando el protagonismo al delicado sabor del pescado. Ejemplo de exhaltación de producto.
Rabo guisado deshuesado con foie a la plancha y mango. Meloso y graso a partes iguales con un toque de frescura en el mango, especiando el guiso lo suficiente (canela, especias chinas...) pero sin excederse. Riquisimo. Algunos gustan el guiso de rabo más caldoso, yo lo prefiero que se pueda comer en esta textura pastosa.
Fresas, ruibarbo y chocolate blanco. Ruibarbo, una base dulce para soportar una gelatina de fresas, fresas, quenelle de helado y gotas de coulis de fresa, con una excelente crema de chocolate blanco.
Iñaki y Guille van a lograr algo sumamente difícil en una Comunidad como la Foral, revitalizar al restaurante la capilla. Con una propuesta próxima a planteamientos de cocina actuales.
Para nada una cocina tradicional con toques de originalidad y guiños a la modernidad, como sueles encontrar en muchas cartas y páginas web. Estos dos jóvenes muy bien formados están empezando su discurso gustativo, un discurso que promete. Varios de los platos estaban francamente bien. Así que poder ver su evolución con el paso de los años es todo un gusto pero además que sea en Pamplona mucho más. Para repetir.
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