5 de diciembre de 2015

RESTAURANTE ANTTONENEA DE PAMPLONA.



Donde sinceridad, excelente producto 
y toques de originalidad sirven para comer muy bien.


Día grande en Navarra, San Francisco Javier, nuestro patrón. Y el cuerpo pide salir de casa a celebrarlo, lugar elegido el restaurante Anttonenea de la calle San Antón de Pamplona.

El restaurante tiene dos salas en dos plantas que están comunicadas a través de una zona central, donde una pequeña barra permite que se pueda tomar algo de picoteo y disfrutar de vinos por copas. En la sala principal de la planta baja se encuentra el asador donde se realiza el trabajo de parrilla, a la vista del comensal. En la primera planta el resto del restaurante.

En la reserva señalaron que prestan atención a celiacos, si la visita ya estaba casi decidida, tras informarnos de que no había problema en adaptar los platos y que disponían de pan especial, estaba claro donde celebrar el patrón.

Al llegar, el restaurante estaba completo. Así que nos avisaron que como la mayoría de las mesas acaban de llegar, se iban a demorar un poco en el comienzo del servicio, aviso que completaron con una invitación de la casa al vino que pedimos en la comida por tener que esperar un poco.

Estos detalles son los que suelen hacer que entre dos lugares elijas el que que ha tenido el detalle. Mesa para cuatro, dos primeros, dos segundos y una carne a la parrilla. Los primeros para compartir y que fueron emplatados para cada comensal. Esto es algo que me parece básico en restaurantes que quieran mimar un poco a sus clientes, el Anttonenea lo hace.



La mesa lista con toda la lencería en grises muy suaves.




Aperitivo, viera a la plancha con un fondo de carne, crujiente y berza. Delicioso.




Brandada de bacalao con txangurro, melosa, y con una textura en donde se notaba el bacalao en pequeños trocitos. Tomate y aceite en contrapunto.



Tartar de atún rojo, con tres detalles de salsa de tomate seco, soja y wasabi rebajado. Pan de cristal para poner en tosta si así se antoja.



Merluza asada con papada ibérica, romesco y setas. Plato sabroso que le da profundidad a la merluza.



Manitas de cerdo rellenas de morcilla, con salsa de vino tinto y migas. Plato contundente, que hace que la morcilla se vuelva melosa y la manos gustosas.




Postre no pudimos tomar por falta de tiempo, así que voy a tener que volver. 85€ añadiendo un solomillo de ternera a la brasa con patatas fritas y una botella grande de agua.



En resumen, sinceridad, con un producto excepcional, donde no se renuncia a tener toques de originalidad en todos los platos. Muy buen servicio en sala. Un lugar donde se come muy bien.

Si quieres darte un homenaje el Anttonenea es un lugar donde lo tienes asegurado. Igual puedes comer una buena chuleta o pescado a la brasa, como encontrarte con platos más elaborados y pensados como las manitas de cerdo o la merluza que degustamos. Absolutamente recomendable.





Escrito por EL PEROLAS
Me gusta comer bien, beber mejor, disfrutar de una buena conversación sobre gastronomía, cocinar y, gozar del trabajo de un sinfín de profesionales que con su esfuerzo, ilusión, empeño, sinceridad y saber hacer crean el segundo de los mejores placeres que podemos disfrutar.
Intento, con la ayuda de muchos, contar "tal cual" sin trampatojos, acritud ni prejuicios, el OFICIO de todas esas PERSONAS.Espero hacer muchos amigos por el camino, que comience el espectáculo.


No hay comentarios: